BIOGRAFÍA
El 11 de diciembre de 1890, en el Hospital Saint Joseph de la Grave de Toulouse, nació Charles Romuald Gardés, hijo natural de Berthe Gardes. Ella embarcó con su hijo a Buenos Aires movida por el deseo de labrar un futuro mejor, lejos de los prejuicios que pesaban sobre su condición de madre soltera. A bordo del vapor Dom Pedro arribaron a esta ciudad el 11 de marzo de 1893.
Aquí los esperaba su compatriota Anaïs Beaux, en cuyo taller de planchado Berthe encontró trabajo. Instalados en una casa de inquilinato de la calle Uruguay 162 –destino de tantos inmigrantes- el pequeño comenzó a familiarizarse con la vida musical que dominaba la ciudad en esos años: bandas de música, espectáculos de cuplé y zarzuela, ópera, música criolla, payadores y el incipiente tango, difundidos de manera doméstica gracias al gramófono…
Trabajando como utilero en los teatros, al mismo tiempo cursaba sus estudios primarios, que finalizaron en 1904. sus primeras actuaciones en los bodegones del barrio le valieron el apodo de Morocho del Abasto, con el que se lo conocería a lo largo de los años, a medida que su voz se imponía en la ciudad.En 1912 Gardel grabó en la casa Tagini su primer disco con temas criollos, con escasa repercusión. Un año más tarde constituyó junto a José Razzano un dúo de música criolla, que luego de diversas giras por el interior debutó de manera fortuita en el renombrado cabaret Armenonville, con notable suceso. Esa noche marcó para Gardel el futuro de su carrera artística. Su presencia en las variétés de Buenos Aires durante el año 1916 y las grabaciones de sus discos en 1917 para la casa Glücksmann, representante del sello Odeón, lo consolidaría definitivamente. Ese mismo año, Gardel, que ya impresionaba por su capacidad histriónica, fue convocado para filmar Flor de durazno con argumento de Martínez Subiría (Hugo Wast) y dirección de Defilippis Novoa. Allí protagonizó un robusto gaucho en el estilo de cine criollista que había alcanzado gran éxito en 1915 con el film Nobleza Gaucha. Sus actuaciones en Chile, Brasil y sobre todo en Uruguay proyectaron su fama hacia el exterior.1917 marcó también su inicio como intérprete del tango-canción, dándole identidad a ese género. Debutó con Mi noche triste de Contursi y Castriota. Un año más tarde grabó Flor de fango y en 1919, De vuelta al bulín. En los años siguientes incursionó crecientemente en el género, desarrollando su forma inconfundible de interpretarlo, que lo constituiría en su máximo exponente. A fines de 1920 comenzó una larga relación amorosa con su única novia, Isabel del Valle, de sólo 14 años. Esta circunstancia no le impidió mantener romances fugaces en el país y en el exterior.El 10 de diciembre de 1923 el dúo Gardel-Razzano debutó en Madrid, en el teatro Apolo con la compañía teatral Rivera-De Rosas, recibiendo comentarios favorables de la prensa española. A comienzos de 1924 Gardel, acompañado por Razzano, viaja a Toulouse, donde se encontraba su madre alojada en la casa de su hermano Jean Gardés, para reencontrarse con su familia francesa con la que mantuvo cálidas relaciones en sus visitas a Francia.
Además de sus actuaciones y sus numerosas grabaciones, el dúo aprovechó también la expansión de la radio como medio de comunicación. El 30 de septiembre de 1924 debutaron por radio Grand Splendid y en los años sucesivos actuaron en distintas emisoras. También un 30 de septiembre, pero de 1925, los serios problemas vocales de Razzano provocaron la disolución del dúo. Gardel cantará a partir de entonces como solista y su ex compañero pasará a ser su representante. El 17 de octubre el artista viajó nuevamente a España y debutó con un éxito relevante en Barcelona, donde el tango se encontraba en pleno auge. Actuó luego en Madrid, haciendo también una incursión puntual por el país vasco.
En 1927 Gardel adquirió para su madre la casa de la calle Jean Jaurès, donde funciona actualmente el Museo Casa Carlos Gardel. En noviembre de ese año debutó en la radio Catalana de Barcelona y en el teatro Principal Palace con extraordinario éxito. El mismo suceso alcanzó en Madrid y en una prolongada gira por el país vasco. El 30 de septiembre de 1928 actuó en el teatro Fémina de París en una función benéfica y luego en forma estable en el cabaret Florida. Grabaciones en España y Francia difundieron masivamente sus éxitos, predominantemente tangos. Las actuaciones en Montecarlo y Cannes, a comienzos de 1929, lo ubicarían en el centro del espectáculo europeo.
En 1930, bajo la dirección de Eduardo Morera, filmó en Buenos Aires quince cortometrajes acompañado de sus guitarristas Riverol y Barbieri, con la orquesta de Francisco Canaro. Han sobrevivido once de esas canciones filmadas que fueron un intento pionero en el incipiente cine argentino sonoro. En diciembre retornó a Francia y luego de actuar en el teatro Empire de París, se presentó en febrero de de 1931 en Niza, en el Palais de la Mediterranée, frente a una calificada élite internacional. Allí trabó amistad con Charles Chaplin y también promocionó la orquesta de Julio de Caro en Europa. En mayo firmó contrato con la empresa Paramount para filmar en sus estudios de Joinville la película Las Luces de Buenos Aires, dirigida por Adelqui Millar. En ella participó la compañía del teatro Sarmiento de Buenos Aires, encabezada por Manuel Romero y Luis Bayón Herrera, donde también se destacaban Gloria Guzmán, Sofía Bozán, Pedro Quartucci y Vicente Padula. La música de la película fue compuesta por Gerardo Matos Rodríguez, autor de La Cumparsita, e interpretada por la orquesta de Julio de Caro. Entre las canciones se destacó el tango Tomo y obligo con letra de Manuel Romero y música de
Gardel. La película tuvo un importante éxito en el mercado de habla hispana, hasta el punto de que en muchas salas obligaba a rebobinarla y repetir la proyección de la escena en que Gardel interpretaba esa canción.
En septiembre de 1932, con la colaboración de Alfredo Le Pera como guionista y bajo la dirección de Louis Gasnier filmó Espérame. Luego, el cortometraje La casa es seria, en el que lo acompañó Imperio Argentina, quien también lo hizo en Melodía de arrabal, donde se destacó la interpretación de Silencio, que Gardel compuso junto con Le Pera y Pettorossi.
En diciembre de 1933 Gardel se trasladó a Nueva York convocado para actuar en la National Broadcasting Company (NBC). Antes de viajar redactó de puño y letra su testamento, donde para evitar confusiones puntualizó que su nombre era Charles Romuald Gardés, conocido con el seudónimo artístico de Carlos Gardel. Sus actuaciones tuvieron gran repercusión en la colonia hispana de esa ciudad y facilitaron la filmación de sus siguientes películas en los estudios que la Paramount tenía en Long Island. Dirigidos siempre por Gasnier, filmaron Cuesta abajo con Mona Maris, quien entonces triunfaba en el cine norteamericano. Además del tango que daba título a la película, sobresalía la interpretación de Gardel en Mi Buenos Aires querido, una de las grandes canciones que compusiera con Le Pera en ese período. Luego filmó la comedia El tango en Broadway, donde se destaca el foxtrot Rubias de New York y la monumental interpretación del tango Soledad.
En enero de 1935, secundado por Rosita Moreno y Tito Lusiardo, Gardel filmó El día que me quieras, donde además de la canción que lleva ese mismo nombre sobresalía la interpretación de Sus ojos se cerraron. John Reinhardt, que dirigió esta película, lo haría también en Tango Bar, último film de Gardel en el que inmortaliza temas como Por una cabeza o Lejana tierra mía. En marzo de 1935 Gardel emprendió una gira por Puerto Rico, Venezuela, Antillas Holandesas y Colombia, donde convocó multitudes que lo obligaron a prolongar sus actuaciones. El 24 de junio, en el aeropuerto de Medellín, el avión que transportaba al artista y a su comitiva se estrelló al despegar contra otra aeronave que estaba en tierra. Allí murieron Gardel, Le Pera y los guitarristas Barbieri y Riverol, junto a otras trece personas.
De este modo dio fin a una carrera artística que se encontraba en vertiginosa expansión. Con 44 años, Gardel estaba en la plenitud de su arte, como cantor y como compositor; su proyección no tenía límites. Su gran capacidad de trabajo le había permitido constituirse como un artista integral. Por su desarrollo artístico excepcional y su querible personalidad, su figura se acrecienta cada vez más, hecho artístico notable a nivel mundial, convirtiéndose así en el símbolo indiscutido de la música popular argentina.
(Esta reseña se encuentra en la folletería del Museo Casa Carlos Gardel)